La empresa andaluza, parte esencial de la solución a la crisis.

Queridos amigos:

Nadie tiene que contaros lo vivido en primera persona en el segundo año COVID. Acumulamos quince meses de caída de la productividad, sacudidos aún por la pandemia, y en el mismo tiempo la escalada de los costes laborales ha sido imparable. Para los empresarios, las pymes y los autónomos, generadores de empleo y vehículos de la recuperación económica, es difícil y casi hercúleo defender nuestros proyectos en un contexto adverso. 

Sin embargo, entre los dientes de sierra del último ejercicio, con las sucesivas olas de la COVID que hemos padecido, se han colado datos esperanzadores. Andalucía ha alcanzado un liderazgo inédito en el número de autónomos en España. Nuestra Comunidad desbanca en este marcador a Cataluña y Madrid y se reposiciona como tierra emprendedora. Hoy somos también la tercera región en volumen de exportaciones, tras haber insistido en que la internacionalización de nuestras empresas es parte de la solución a esta crisis.

Nuestro trabajo en CEA nos ha dejado grandes satisfacciones en 2021, que se sustancian en tres grandes cuestiones: el Diálogo Social da sus frutos y la negociación responsable, con altura de miras, tiene resultados. El contacto constante con Administración y sindicatos alumbraba en primavera el Acuerdo Andaluz de Medidas Extraordinarias, dotado con 730 millones de euros. Las ayudas directas a los sectores más castigados por la crisis y el mantenimiento del empleo fueron claves en el documento sellado. 

De la mano de la Consejería de Salud y de la Fundación CEOE, propiciamos que las empresas andaluzas fuesen escenario de vacunaciones de trabajadores y autónomos. Cuando más necesario era agilizar la inmunización de la población ante el coronavirus y descongestionar el sistema público, nuestras empresas estuvieron a la altura. Así, dentro del Plan Sumamos “Salud + Economía,” más de 12.000 personas fueron vacunadas en centros de trabajo de toda la región. Un emocionante motivo de orgullo y un espléndido ejemplo de colaboración público-privada.

Y los avances normativos hacia un sistema más ágil y facilitador de la inversión son una realidad. El decreto ley de Simplificación Administrativa, que vio la luz en diciembre, camina en esta dirección, largamente demandada por empresarios de todos los sectores y actividades. 

La unidad de acción entre las ocho Organizaciones Territoriales de CEA y la estabilidad son el nexo de estos logros y el horizonte social al que queremos contribuir desde CEA: la paz social, entendida como el mejor vertebrador de un territorio y el factor de confianza que requieren los mercados y la inversión. 

Perseverando en esta estabilidad, ya en este 2022 nuestra Confederación tiene un propósito: acompañar a las empresas en la recuperación del aliento tras la crisis COVID, consolidar la recuperación y contribuir a un uso eficiente y responsable de los fondos europeos, llamados a transformar nuestro tejido empresarial.